martes, 3 de diciembre de 2013

Una de SAMUR (Soy Anaconda, Magréame Un Rato)

1 diciembre 2013: Cinco Latinos  43, D20  35

 
12:00 Boston Garden
Colegiado: Mark – Anotador: Filipinos
 
ALINEACIÓN LATINA: Max, Antonio, Puma, Alberto, Celso, Jose y como no, Anaconda.
 
ESPECTADORES: 7. Como son pocos les nombramos: Enrique Evaristo, Guille y familia (4) que se unieron en la segunda parte. Contamos también a Puma que jugó 10 segundos con la rodilla chunga pero animó el que más. Ah! Y el anotador Filipinos que estaba allí pasando el rato embutido bajo un gorro y una bufanda que sólo dejaba ver sus gafapasta empañadas.
 
EL DATO: D20 se presentaban como líderes invictos del grupo con 5 victorias por una media de 30 puntos de diferencia  
 
ANTECEDENTES: El delegado de D20 fue el que inició la ronda de correos quejándose del Boston, a lo que nuestro visionario delegado replicó:
Sólo se nos ocurre una razón a vuestras quejas…que sabéis que vamos a ganar la liga de calle!!!...pero no os preocupéis, la historia también se acordará de los Poulidores del Boston”
LA SITUACIÓN: Pasaban 10 minutos del mediodía, hora prevista para el inicio del encuentro, y los Latinos eran sólo 4 y el no presentado era el resultado más factible.
EL CRACK: El tío de Los Imponentes que se rompió en el último cuarto de su partido, y que gracias a dicha lesión, se retrasó el inicio de nuestro partido y pudieron llegar los refuerzos.   
EL LÍDER: El tridente formado por Max, Alberto y Antonio, haría temblar  al mismísimo Cancerbero, el perro de 3 cabezas guardián del infierno, que es donde debieron sentirse los D20 el domingo por la mañana en el Boston.  
EL PUNTO DE INFLEXIÓN: El inicio en estampida del segundo cuarto, con un parcial de 13-0 en 5 minutos y un juego rallando la perfección
LO MEJOR: Lo enchufado que estuvo el equipo en el primer tiempo y lo controlado en el segundo para administrar la ventaja acumulada, y el que no nos desconcertara (demasiado) el ya famoso y nefasto árbitro.
LO PEOR: Que el brillo de la victoria no nos haga olvidar que en condiciones normales, estaríamos lamentando la derrota por no presentado. Esperamos haber aprendido la lección. Bueno, y el 4 de 20 en tiros libres, un maravilloso 20%, ahí desafiando al principio de Pareto (símil rebuscado para Economistas e Informáticos) 
LA ANÉCDOTA: Mario le tiene tal manía al “Báden Perfection” que pese a haber metido 20 puntos sin casi fallo en el segundo cuarto, de común acuerdo con la totalidad del equipo (es decir, tras consultarlo con su alter ego Anaconda) convenció al colegiado de cambiarlo en el descanso…para luego retractarse tras la bronca latina correspondiente.
LA FRASE “Y vamos a una sauna en Helsinki y viene Dimitri el ruso se quita la toalla y se calza un rabo que le digo…¡hombre Dimitri…pero eso que coño es!!”  Anaconda, delegado del C.D. Chueca Oso Style haciendo scouting en Finlandia.
PRÓXIMO PARTIDO: 15 de Diciembre  12.00  Imponentes - Cinco Latinos
 
LA CRÓNICA
El día era soleado, la hora bien buena, y pese a la multitud de bajas, al menos éramos 5 confirmados y dos posibles refuerzos Evarísticos para enfrentarnos al líder invicto del grupo.
Eran las 11:50 y el que aquí escribe subía apresurado a trote recochinero por la calle Boston (auto-convenciéndome de que eso contaba como calentamiento) cuando de pronto veo parada junto al Boston Garden una unidad móvil del Samur…me pongo en lo peor. Recuerdo que el instigador del motín contra el Boston, era un tal Chema, delegado de nuestros rivales D20, y ya por todos es conocido que nuestro delegado Anaconda (sin motivo alguno) ha sido declarada persona non-grata en el distrito…así que me viene un flash. Imagino que a Anaconda le han partido las piernas de camino a llevar los DNIs a la mesa y me todo intranquilo pensando en quién va a dar ahora esos pases pepino como sólo él sabe…
Pero no, todo es acercarme a la entrada del recinto y ver ese conjunto imposible de jersey de lana verde y pantaloncillos amarillos saludándome con el casco aún puesto. ¡Qué alivio! El lesionado era uno del partido anterior, al que estaban atendiendo los del Samur, y lo que es el destino, acabaríamos dándole las gracias por ello (desde aquí todo nuestro ánimo y deseo de pronta recuperación…bueno, no para la próxima jornada que juegan contra nosotros, ya si eso para la siguiente).
Tras los saludos de rigor al susodicho, Antonio y Max, empezamos a ver que allí no aparecía nadie más…que eran ya las 12 y éramos 4…y empieza a cundir el pánico. El Samur sigue a lo suyo y el árbitro nos confirma que faltan 10 minutos del último cuarto, pero nos sigue faltando uno...
Mario llama a Celso, el rookie en su día de estreno, el que hacía el quinteto…sólo para confirmar que se ha dormido, y que a lo sumo llega en 20 minutos…ni Puma ni Enrique responden al teléfono, se supone que están de camino, pero tras unos cuantos tercios ni idea de la prisa que se han dado. A Alberto lo contactamos en un semáforo en su travesía en bicicleta por Madrid para llegar desde Puerta de Toledo, pero no sabe cuánto le queda. A la desesperada Guille dice que se acerca, después de haberle dicho que no hacía falta, pero es que pintaban bastos…
Y mientras los D20, que eran ni más ni menos que 10 y altos y fuertes como los molinos de Sancho, debían estar flipando, viendo a 4 pringaos con cara de resignación. Se reanuda el juego y Mario gritando a los dos equipos desde la banda para que pidiesen tiempos muertos…poco más y salta en pelotas al campo como los streakers ingleses con tal de ganar unos minutos.
En fin, que ya debían ser las doce casi y cuarto, cuando aparece Alberto a toda caña bajando la rampa…ni las apariciones marianas de El Escorial generaron tanta felicidad. Vaya tío, el domingo mañana que se metió entre pecho y espalda es de órdago. Llamamos a Guille para que no viniese, y el tío ya estaba en el coche saliendo, que hasta se escuchaba la alerta del cinturón de fondo. ¡Un crak!. Poco después baja de un taxi Celso con la almohada dibujada en su cara, no, si al final damos juego hasta a los colectivos de transporte público de Madrid. Puma llega con Enrique con la rodilla fría pero la garganta caldeada, y ahora sí, empieza lo bueno. Ya vendrá Sara a ponernos firmes, ¡porque la cagada pudo ser de órdago!
Mientras ellos hacen su ronda de calentamiento en plan profesional, que para eso eran los líderes, nosotros comentamos la jugada…que vaya máquina el Alberto hacerse doblete con contrareloj incluida, que si Max está oxidado, que si hace frío, al Enrique le espera un cochinillo luego…pero bueno, al final hemos juntado un equipazo y no tenemos nada que perder.
En estas que llega el salto inicial, Max vs el Chema (2,05) y hacen la jugada que hacíamos allá por cadetes en mi pueblo. Saltan un metro por encima de Max, palmetazo patapún-parriba a lo Javi Clemente, el 5 que sale como un rayo y bandeja fácil sin oposición. Joder, el que dijo lo de que la primera impresión es lo que cuenta, ¡es que no conoce a los Latinos! 
También metieron el siguiente ataque, un 0-4 que se las prometían muy felices, pero acabaría siendo su mayor ventaja en el partido. Contra toda natura dado el bigardo con el que cerraban la zona, empezamos cargando el juego interior. Pero era nuestra primera táctica...el árbitro era el pito flojo del Mark, el que sanciona absolutamente todo, incluso que soples el aura del contrario. Para mí que ellos no le conocían, porque cayeron en el anzuelo, se fajaron en defensa y empezó el festival de silbato, con el consecuente desconcierto del rival que no entendía el criterio del bueno de Mark (¡y quién lo hace!). 
Enseguida se vio que no era nuestro día en los libres, hicimos un 2 de 8 en ese cuarto, eso si, por si no era poco el desconcierto del rival a esas alturas, en mi primer tiro libre Puma bromea desde la banda con que lo tire a tablero. No le hago caso, me concentro al máximo, y  claro, el tiro entra perfecto...a tabla, con el consiguiente cachondeo del Puma y Enrique. Y yo ya crecido decido, ahora sí, tirar el segundo a tabla a ver si repetimos, y lanzo una piedra que sale rebotada sin tocar aro con la consiguiente carcajada a pulmón vivo de Puma.
La verdad es que el cuarto fue poco lucido, muy de tantear al rival. Eso sí, Antonio metió un par de suspensiones y empezó el recital que le iba a llevar a hacer una primera parte prácticamente sin fallo. Ellos también fueron varias veces a la línea de TL, no acabábamos de coger el ritmo y el marcador quedó bastante rácano con un 8-7 a nuestro favor. 
Pero ¡ay amigos! yo no sé qué pasó en el mini-descanso, pero el despliegue en el segundo cuarto dejó a todo el pabellón (esto es Enrique) sin palabras. Entre Max y Alberto empezaron un toma y daca sin descanso. Max rompiendo cinturas y entrando hasta la cocina para sumar algún que otro 2+1, y luego dice que tiene agujetas y tal…Alberto haciéndose hueco entre sus pívots a base de garra y dejándolas colgaditas como sólo él sabe,  y con una canasta del Pelao hacemos un parcial de 13-0 que les deja totalmente KO.  
Intentaron parar el chaparrón con tiempo muerto, poniéndose en individual, pero no hubo manera. Encima Anaconda enchufó un par de tiritos de los suyos seguidos, de esas desde la bombilla que son marca de la casa. Prácticamente cada ataque latino acababa en canasta, ¡y que canastas! Las suspensiones de Antonio como en los mejores tiempos…y ellos empezaron a jugar muy anárquicamente, sin aprovechar a su 2 metros, tirando en malas posiciones (más de uno y dos tiros hicieron agua) y nosotros súper organizados en defensa, cerrando el rebote con un Celso exhibiendo muelles como ala-pívot circunstancial en defensa, y corriendo lo justo (ellos recuperaban rápido). El único pero fueron las faltas, que bien pronto nos pusimos los pívots con 3 (aunque Alberto no se lo explicaba, luego con calma y tras repasar la actuación del mesa, no me extrañaría que las anotasen aleatoriamente) pero así todo aguantamos.
La verdad es que desde el banquillo se disfrutó de lo lindo, ni el Madrid de Sara hace tanto “jogo bonito”. Y desde la pista el subidón era aún mayor. Los gritos tras cada canastón retumbaban en el techo del Boston de una manera impresionante. El parcial de 20-5 será para recordar…y eso que hicieron un 2+1 en su último ataque, y la pena fue que el triple en el último segundo de Puma no entró (en sus únicos momentos en cancha), tras jugada de anti-pizarra en el tiempo muerto donde la consigna de Mario fue ¡que cojones pasádmela y ya si eso corro!...y el que la cogió y corrió fue Puma. Si ese triple llega a entrar, yo creo que directamente se retiran. 
Marcador: 28-12 al descanso. Si, los tíos con el mejor ataque, que venían de meter 56 puntos por partido, salían a 6 por cuarto. Y en sólo 24 minutos habían recibido más puntos que en la mayoría de sus otros partidos. Digo yo que algo de mérito habrá que darnos ¿no?
En el descanso estábamos súper animados, ¡es que lo que habíamos hecho en ese cuarto era de órdago! Ellos estuvieron casi todo el descanso en corrillo intentando arreglar el desaguisado, porque para mí que no acababan de ser conscientes de que la Naranja Mecánica ahora se dedicaba al baloncesto y que les había pasado por encima. 
Y hombre, tampoco es que hiciesen gran cosa, pero es verdad que un canijo con camisa de los Spurs que no sabía botarla y al cual habían metido en el quinteto titular para extrañeza nuestra (no parecía ni que jugase a baloncesto), se plantó detrás de la línea de 6,25 (si, en el Boston es la antigua) un par de veces  y enchufó dos triples seguidos.  Al primero respondió Antonio con nuestra única canasta de 3 del partido, pero con esos triples y su número 5 que era el más entonado del partido, nos metieron un parcial de 3-11 que se hizo notar, y mediado el tercer cuarto se pusieron a 8. 
El cuarto se puso extraño. A su 2 metros lo cambiaron al principio del mismo porque supuestamente hizo la cuarta, pero el mesa que era un empanado (el acta tiene varias canastas sin dueño, nada de marcadores parciales, ni referencia al tiempo del cuarto) pues a saber que haría con las faltas, que el tío salió de nuevo a pista, y acabó un ataque suicida haciendo un placaje a la cintura a un Latino sancionado con antideportiva, y cuando todos creíamos que le costaba la eliminación, pues resulta que el tío increíblemente siguió en cancha hasta el final del partido. Ya empezamos a mosquearnos, uno calvito de ellos estaba todo el rato junto al mesa, y cuando nos acercamos nosotros, el muy empanao empieza a amenazarnos para que nos alejemos.
Aceptamos sentarnos si se sienta el calvito, empieza a decir que sólo puede estar el delegado o capitán, que patatín, que patatán, y Guille, que por aquel entonces había venido a animarnos con Pablo, intenta hacerle entrar en razón, a lo que el mesa amenaza con técnica al banquillo y para el juego. Todo esto acaba siendo también estrategia pura a la yugoslava, mientras se aclaran el mesa, el árbitro, el calvito y los latinos del banquillo, el cronómetro sigue corriendo y nosotros tan contentos. Todo queda en nada, un par de canastas de Alberto y de Antonio nos dejaron al final del cuarto con 12 de diferencia, del mal el menos. Y casi me muero de la risa con el cachondo del mesa echándole la bronca al árbitro por “desacreditarle” cuando él quería pitarnos técnica al banquillo… ¡un crack!
Y el último cuarto fue trabado. Ellos tenían toda la prisa del mundo, estaban con los nervios a flor de piel. Hasta los tiros libres los tiraban corriendo para no gastar mucho tiempo, y aquí los que hacen un 2 de 8 fueron ellos. Tanta prisa tenían, que tras pitar el árbitro una falta a su favor, y acabar Anaconda con el balón en la mano, uno de ellos con la vena hinchada intentó arrancárselo de malas maneras, con el consiguiente cabreo de un latino que pasaba por allí (ejem) y el brote de locura del D20 de turno, con trabón y gritos incluidos. Aquello acabó en una técnica doble a Anaconda y el susodicho, y unos segundos de oro ganados de nuevo. Al final recortaron otros 4 puntos, el segundo tiempo el parcial fue suyo (15-23)… ¿pero quién se llevó la victoria?
“no os preocupéis, la historia también se acordará de los Poulidores del Boston”