martes, 16 de junio de 2009

Actividades postemporada latina II

Os preguntareis dónde está la crónica de la actividad postemporada latina I, es decir, el amistoso latino-evaristo, pues no está porque ninguno de los que asistieron se han dignado a escribirla. Y, bueno, de Sara ya ni hablamos que va con tres o cuatro crónicas de retraso. Se lo estábamos perdonando porque pensábamos que dedicaba su tiempo al sexo, las drogas y el rock and roll, pero parece que no, que dice que es porque tiene mucho trabajo y, Sara, que nos desatiendas por otras diversiones perfecto, pero que lo hagas para trabajar más eso sí que no. Pero, a lo que íbamos, el sábado pasado una versión reducida y claramente capidisminuida de los latinos, vamos casi inexistente, empezó la pretemporada con meses de adelanto con un programa de fortalecimiento de cuadriceps y trabajo anaeróbico triste, consistente en dar la vuelta a Madrid por el anillo verde ciclista. La actividad estaba programada por nuestro entrenador, que no tiene tiempo para ir a los partidos, pero sí para dar vueltas en bici por esos caminos de Gallardón y Aguirre, y el grupo lo formaban el ya citado y el preparador físico quehacepasos. Otros miembros del equipo amagaron con participar: Gorka, yo quiero ir pero…; Alberto y Rachel, nosotros tal vez pero hay que madrugar mucho; Mario, yo voy pero si lo hacemos el jueves; Alfonso, yo iría pero voy a estar tumbado en una playa, pero finalmente el día de autos a las ocho de la mañana en la estación de metro de Lago de la Casa de Campo solo había dos latinos somnolientos, tanto por lo temprano de la hora como por su calidad de progenitores de hijos de pequeño tamaño y potente pulmón. Así que, tras embadurnarnos de protector solar y comprobar que ninguno de los dos llevábamos plano del recorrido, salimos en dirección norte para recorrer el anillo en el sentido de las agujas del reloj. No os preocupéis que no voy a describir los 64 kilómetros del mismo, pero sí decir que en líneas generales la cosa está razonablemente bien, el recorrido es entretenido y nada exigente y en general bien señalizado, aunque nosotros conseguimos perdernos y añadir a la excursión un agradable recorrido de cuarenta minutos por Entrevías, tras el cual volvimos al camino correcto, más o menos setecientos metros más allá de donde lo habíamos dejado. Una vez recuperada la senda llegamos sin incidentes a la meta donde nos agasajamos con sendos pinchos de tortilla en una terraza con vistas al lago, para después coger el metro rumbo a casa, es que subir la cuesta de San Vicente en bici es muy chungo.
Bueno, ya veis que podéis utilizar el blog para contar vuestras excursiones y así le damos un poco de vida.
Besos a todos

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si señor, mola un huevo y me dais mucha envidia! Yo a la próxima me apunto. Lo del pincho de tortilla también me mola. Sin embargo no entiendo muy bien lo de perderos.....se supone que está super señailzado no?, o fue una de esas en las que alquien "te asegura que es por aquí, porque conozco un atajo fantástico"...
Besos

rachel y alb dijo...

Aceptamos nuestra culpa de rajados.
Pero también nos apuntamos a la próxima...igual que el Presi...je,je.
Eh, yo si entiendo lo de perderse, Rachelita y yo llegamos a un punto, cerca de un parque con un cabezón de hierro en una colina, en el que no supimos por dónde continuar y nos dimos la vuelta (eso y que las fuerzas ya flaqueaban).